Diputados abren sesión para votar en juicio político
contra Rousseff
Rousseff es acusada de maquillar las cuentas públicas.
La
Cámara de Diputados de Brasil inició este sábado la sesión en la que sus 513
miembros decidirán si el proceso que puede llevar a la destitución de la
presidenta Dilma Rousseff avanza al Senado o termina en los archivos del
Parlamento.
El
presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, declaró la sesión abierta
"sobre la protección de Dios y en nombre del pueblo brasileño", en
medio de gritos de "Fuera Dilma", coreados por los promotores del
proceso, y del "no habrá golpe" del oficialismo.
Cunha
pasó la palabra al diputado Jovair Arantes, quien como instructor de una
comisión especial que analizó el mérito de las acusaciones se inclinó por
recomendar que el proceso continúe.
Arantes
tendrá media hora para pronunciarse ante el pleno y luego intervendrán los
jefes de los grupos con representación en la Cámara de Diputados, para luego
procederse a una votación que se prevé que acabará alrededor de las 21.00 hora
local (00.00 GMT del lunes).
La
votación se hará en forma nominal y cada uno de los 513 diputados será llamado
a manifestarse frente a un micrófono, según un orden geográfico determinado por
los 27 estados del país. Las previsiones de la Cámara baja dicen que cada
diputado no se tomará más que 30 segundos para votar, por lo que el trámite
debería durar al menos unas cuatro horas y media.
Esta
sesión fue precedida por debates que comenzaron la mañana del viernes, se
prolongaron en forma ininterrumpida durante casi 43 horas, en las que
intervinieron 389 diputados.
Para
que el proceso llegue al Senado, que tendrá la palabra final sobre la eventual
apertura de un juicio político contra Rousseff, la oposición necesita una
mayoría calificada de 342 votos entre los 513 posibles.
Frente
a la sede del Congreso se han concentrado decenas de miles de personas, tanto
contrarios al proceso como favorables a una posible destitución de la
mandataria. La sede del Parlamento se sitúa en la céntrica Plaza de los Tres
Poderes, frente al Palacio presidencial de Planalto y el edificio de la Corte
Suprema, en uno de los extremos de la avenida Explanada de los Ministerios,
donde se concentra todo el poder público nacional.
El
tránsito de vehículos en esa avenida está cerrado desde la mañana del viernes y
sus amplios jardines centrales fueron divididos por una enorme valla, de casi
un kilómetro de longitud y dos metros de alto, que separa a los manifestantes
En
el lado izquierdo, mirando hacia el Congreso, se ubicaron los movimientos
sociales y sindicatos favorables a Rousseff, mientras que el derecho ha sido
ocupado por quienes promueven la destitución.
La
seguridad en esa zona ha sido reforzada por unos 4.000 agentes de la Policía,
aunque las autoridades aseguran que otros 7.000 han sido acuartelados y estarán
listos para "entrar en acción" si fuera necesario.
Si
el proceso avanza, el Senado deberá pronunciarse y decidir si acepta las
acusaciones e instaura el juicio político. En ese caso, Rousseff sería separada
del poder durante 180 días, que sería el plazo que el Senado tendría para
realizar el trámite que pudiera concluir con su destitución.
Durante
ese período, el lugar de Rousseff sería ocupado por el vicepresidente Michel
Temer, quien rompió sus relaciones con la mandataria y ha dedicado las últimas
semanas a consultas sobre lo que sería su posible Gobierno, pues si se llega a
la destitución le tocará completar el mandato que acaba el 1 de enero de 2019.
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