Vicepresidente de EE. UU., en defensa por elección de juez del Supremo
Senado republicano prefiere que sea el próximo Presidente quien elija al más alto magistrado
El vicepresidente de EE. UU., Joseph Biden, dijo esta jueves que los líderes republicanos del Senado están "abdicando" su responsabilidad constitucional al negarse a confirmar un nuevo juez para el Supremo, y alertó de que dejar "discapacitado" a ese tribunal podría tener consecuencias en todo el país.
"No podemos permitir que el Senado extienda su disfunción a otra rama del Gobierno, al Tribunal Supremo de Estados Unidos", subrayó Biden en un discurso desde la Escuela de Derecho en la Universidad de Georgetown, en Washington.
El presidente de EE. UU., Barack Obama, nominó la semana pasada a un nuevo magistrado para el Supremo, Merrick Garland, para cubrir la vacante dejada por la muerte en febrero del juez Antonin Scalia. Pero los líderes republicanos del Senado han prometido bloquear cualquier votación sobre Garland con el objetivo de que sea el próximo presidente estadounidense, que asumirá el poder en enero de 2017, quien elija al sustituto de Scalia en la corte.
"Cuanto más tiempo siga vacante esta plaza en la corte, más grave será el problema que enfrentaremos: un problema compuesto de turbulencias, confusión e incertidumbre sobre nuestra seguridad, nuestra libertad y privacidad, y el futuro de nuestros hijos y nietos", alertó Biden.
"El pueblo estadounidense merece un Tribunal Supremo al completo, con nueve jueces, no uno discapacitado y dividido", agregó. Según el vicepresidente, la "clara división ideológica" de los ocho jueces restantes, entre los que hay cuatro de tendencia conservadora y otros cuatro de orientación progresista, puede repercutir en una "fractura del país".
Si los jueces empatan con cuatro votos a favor y cuatro en contra, los magistrados pueden mantener el veredicto de la corte inmediatamente inferior, u ordenar que el caso vuelva a argumentarse una vez que cuenten con un noveno miembro de la corte.
La primera opción llevaría a una interpretación de la Constitución "a retales", que aplicaría ciertas decisiones en la parte del país afectada por el tribunal inferior, mientras que otra región podría tener una normativa completamente diferente, explicó.
"El significado y extensión de tus derechos federales constitucionales podría depender de donde vivas. Creo que la mayoría de la gente en este país consideraría eso injusto e inaceptable", argumentó. Biden aseguró, además, que Obama y él pasaron horas evaluando posibles candidatos al Supremo, y pidieron para ello el consejo de muchos senadores de ambos partidos.
"Finalmente, elegimos el camino de la moderación, porque el Gobierno (Ejecutivo y Congreso) está dividido. Merrick Garland tiene una reputación de ser moderado, y creo que (optar por) eso es la responsabilidad de la Administración en un Gobierno dividido", dijo.
Mientras que Obama "cumplió con su deber constitucional", los líderes de la oposición que controlan el Senado están negándose a reunirse con Garland o "votar" sobre su nominación. "Votar que no siempre es una opción, y es su opción.
Pero no decir nada, no ver nada, no leer nada, no oír nada y decidir darle la espalda incluso antes de que el presidente nomine a alguien no es una opción que la Constitución deje abierta", alegó Biden. "Es una abdicación del deber constitucional del Senado, una abdicación que nunca antes ha ocurrido en nuestra historia", añadió.
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